A partir de la aceleración digital del último año y medio, las empresas dependen de Internet para la calidad de sus aplicaciones, así como de la experiencia que brinda a través de las mismas a sus empleados y clientes.
Sin embargo, y de la mano del uso de cloud para innovación, gran parte de las aplicaciones tienen una visibilidad limitada, lo que dificulta conocer los problemas y lo que por ende, puede provocar una pérdida de la calidad y la eficiencia de los servicios prestados, por no hablar del impacto reputacional a nivel interno y externo. Puede ocurrir que la resolución de los problemas llegue demasiado tarde o que los clientes hagan públicas sus quejas en los múltiples canales digitales que tienen a mano, como las redes sociales.