Una de las grandes tendencias del automovilismo actual y para los años venideros es la conducción autónoma. Es decir, sin que el conductor tenga que realizar ninguna maniobra. El coche se encargará de todo: acelerar, girar, frenar,… Los coches más populares en usarlo son los Tesla, que lo anuncian desde 2017 con grandes resultados y ofrece dos versiones: una «lite» que mantiene el coche dentro de los carriles y controla las velocidades, y el «Full Self Driving» que no requiere ninguna intervención del conductor en ningún momento.
Esto no quiere decir que en los últimos años no le haya salido competencia ni en su país ni en el resto del mundo. Tanto fabricantes de coches y empresas como GM o Amazon llevan muchos años haciendo sus propias pruebas con estos coches, que ya han recorrido miles de kilómetros para demostrar las ventajas que presenta. Por supuesto, antes de que puedan emplearse, tendrán que ser aprobados por los organismos de gobierno y circulación correspondientes. Y California, en EEUU, puede ser uno de los primeros estados en hacerlo en el país norteamericano de manera completa.
Waymo y Cruise, ¿el futuro del taxi?
La noticia saltaba a principios de este mes: California otorgaba permisos de circulación a dos compañías de taxis autónomos. Las dos empresas en cuestión: Waymo y Cruise, sólo podrán operar en determinadas partes del estado bajo condiciones muy estrictas de velocidad, ocupación y número de taxis. Ambas compañías desplegaran principalmente coches híbridos o eléctricos, que ha sido otro de los puntos fuertes de la propuesta.
En el caso de Cruise, la compañía podrá desplegar 5 coches totalmente autónomos (sin ningún conductor) en zonas marcadas de San Francisco, y solo podrá operar las noches desde las 10 hasta las 6 de la mañana. No podrán rebasar los 48 km/h y no circularán en condiciones peores que la llovizna o niebla ligera. La otra compañía, Waymo, ha conseguido, junto a San Francisco, poder operar en San Mateo por debajo de los 105 km/h y las condiciones temporales mencionadas antes. Sin embargo, el permiso asignado les obliga a mantener conductores en la cabina del taxi en todo momento.
De 0 a 5, ¿Cómo de autónomo es tu coche?
Ante la escalada en el uso de vehículos autónomos, los gobiernos internacionales se han lanzado a la carrera por legislar el uso de los mismos. Por supuesto, todos han puesto el pie en el acelerador al ver el negocio que comienza a emerger alrededor de la conducción autónoma.
Existen cuatro clasificaciones actualmente para clasificar los niveles de autonomía de un vehículo, pero la que se emplea de manera más general (o se intenta) es la SAE. Aunque no es de cumplimiento obligatorio, el estándar recoge consideraciones muy importantes. Para empezar, distingue a los tres actores principales:
- El conductor (siempre humano)
- Sistema autónomo de conducción
- El coche (y sus demás sistemas)
Usando los parámetros y maniobras habituales durante la conducción, la norma distingue entre los distintos niveles de usuario del vehículo: conductor, interventor, gestor y pasajero (en orden descendente de responsabilidad de conducción). Una vez se combinan todos los datos, actores y demás, se crean 5 categorías de conducción autónoma:
- «No automation»: el conductor realiza todas las tareas de conducción dinámica
- «Driving assistance»: algún sistema asiste al conductor, pero cuenta con limitaciones y el conductor realiza la mayor parte de las tareas
- «Partial automation»: sigue precisando un conductor, pero emplea sistemas de control del movimiento, aunque no tiene detectores de obstáculos completos.
- «Driving-oriented automation»: sistemas de control del movimiento, se cambia a interventor que debe actuar cuando el coche lo requiere mediante aviso claro y con tiempo. Siguen existiendo limitaciones.
- «High Level automation»: detección y respuesta completa ante complicaciones, desaparece el conductor en condiciones óptimas.
- «Full automation»: sin conductor o interventor. El gestor prepara un sistema completo para su funcionamiento.
Ahora mismo, a muchos de nosotros nos parecerá una locura subirnos en un coche sin un conductor totalmente concentrado en la carretera pero, como muestran los estudios, la conducción autónoma siempre será la opción más segura y se volverán la norma para antes de 2030, si todo sale como planeado.
