Desde el inicio de la carrera espacial, a principios de la guerra fría, ha pasado más de medio siglo; el ranking de países con capacidad para participar en esta evolución tecnológica ha aumentado exponencialmente. Actualmente, la mayoría de misiones se centran en el lanzamiento de satélites en órbita, aunque no siempre con buenos resultados.

Una larga trayectoria espacial

Japón tiene un largo historial de misiones espaciales; desde misiones lunares a orbitales, e incluso de tipo interplanetario para explorar cometas y otros astros; gracias a un desarrollo expandido en el tiempo, la JAXA (Japan Aerospace Exploration Agency) puede estar orgullosa de diseñar y desarrollar sus propios propulsores y cohetes.

Desde el primogénito L-4S, fabricado por Mitsubishi allá por los años 70, pasando por los Epsilon, (continuación del proyecto M-V) y llegando hasta la serie H, cuyo modelo H3 estaba diseñado para ser la primera renovación de vehículo principal de lanzamiento de la JAXA en casi 20 años de historia.

Por tanto, se le consideraba una pieza clave para la participación del país en la próxima generación de desarrollo espacial, incluyendo el programa de exploración lunar liderado por Estados Unidos.

Un fallo en el sistema de ignición

Al parecer, su motor principal se encendió, no así su propulsor, según la JAXA. El esperado intento de lanzamiento había tenido una serie de retrasos y este fracaso supone un duro golpe a la estrategia espacial de Japón. No obstante, la Agencia planea un segundo intento de lanzamiento dentro de una o dos semanas, según un funcionario del gobierno nipón.

Un empujón para liderar la exploración espacial asiática

El lanzamiento del cohete estaba originalmente programado para fines de marzo de 2021, pero la fecha se retrasó dos años debido a problemas con el motor LE-9 de primera etapa, recientemente desarrollado, y por cambio de piezas después de un fallo crítico del Epsilon el pasado 6 de octubre.

Estos contratiempos significaron que por primera vez, Japón no tuviera un lanzamiento exitoso de un cohete de desarrollo nacional en 18 años. En palabras del presidente de JAXA, Hiroshi Yamakawa, prometió hacer del cohete H3 «un éxito que mantendrá la capacidad de Japón para acceder al espacio».

El cohete H3 se usará no solo para lanzar satélites y sondas con fines gubernamentales, sino también para otros fines, entre los que se encuentran:

• Transportar un nuevo transportador de carga no tripulado que entregará suministros y materiales a la Estación Espacial Internacional.
• Un puesto avanzado en órbita lunar, planificado bajo el Artemis y liderado por Estados Unidos.

Con una inversión de 5.000 millones de yenes (37 millones de dólares al cambio), el cohete H3 ha costado alrededor de la mitad que su predecesor, el cohete H2A, aunque cuenta con mejor capacidad de lanzamiento de satélites.

Una competencia cada vez más asfixiante

La competencia global se ha intensificado desde que la firma estadounidense SpaceX, que cuenta con un sólido historial en lanzamientos de cohetes, ingresó al mercado.

De hecho, Japón no quiere quedarse atrás en esta carrera espacial, y espera aumentar los pedidos de lanzamientos de satélites de clientes nacionales e internacionales gracias a su aval de excelente tasa de éxito de lanzamientos; a pesar de estos últimos escollos, ya se acerca al del 97,8 % de éxito con su cohete H2A, que solo falló una vez de 46 lanzamientos desde que entró en funcionamiento en 2001.