La semana pasada, el conflicto entre Ucrania y Rusia llegó a la que, a ojos de algunos, era la conclusión más lógica durante estos meses. El 24 de febrero (o el jueves pasado) comenzaron las primeras hostilidades armadas entre ambos ejércitos tras el ataque aéreo ruso de varias bases estratégicas. Desde entonces, se han hecho con el control de varias zonas en el país vecino y continúan su marcha hasta Kiev.
El conflicto ya empieza a hacer mella en la diplomacia mundial, dejando evidente la disonancia en los ideales rusos y el resto del primer mundo, con las multas y avisos al país presidido por Putin copando todos los titulares de la prensa internacional. Además, la final del torneo de la Champions League ha cambiado su sede (antes iba a ser en San Petersburgo), y el pueblo ruso prácticamente aislado del resto de Europa económica y socialmente.
Las bases del conflicto
Este conflicto no ha comenzado de la noche a la mañana: lleva muchísimos años «en la cocina». A modo de resumen, podemos trazar su comienzo con la caída del presidente Yanukovych tras las amplias protestas contra su estrategia «pro rusa». Con la posible victoria de un candidato europeísta, Crimea decidió declarar su independencia, comenzando una guerra civil en el territorio.
Rusia no facilitó las cosas, ya que se anexionó unilateralmente la península antes de las elecciones, asegurando que «era la voluntad de los ciudadanos». Un referéndum «oficial» le daba un 97% de apoyo. Desde 2014, el territorio sigue oficialmente en guerra, pero en 2015 se firmó un alto el fuego. Ambos bandos hicieron las cesiones necesarias para frenar la violencia.
Como podemos ver en nuestros telediarios, esto no era más que una solución temporal a un problema bastante más complicado que el deseo de unir dos ciudades a un país de 17.13 millones de km2.
El hackeo de un perfil oficial
Los expertos militares (los puedes encontrar en todos los programas de actualidad) están de acuerdo en que las guerras en el presente tienen muchos más frentes. Uno de los más peligrosos es el de los ciberataques orquestados por agencias gubernamentales.
No es la primera vez que oímos hablar de este tipo de maniobras en España, especialmente desde Rusia. Múltiples medios de información y páginas web han reportado ciberataques en los últimos años desde emplazamientos en el país soviético. El gobierno nunca ha reconocido participar en estos ataques, pero no colabora con los cuerpos de seguridad.
Hoy, sin embargo, podemos haber vivido uno de los hackeos más curiosos imaginables durante un conflicto bélico. Y es que esta mañana, la cuenta oficial en Instagram del Estado Mayor de la Defensa español se ha visto comprometida. Sobre las 10 de la mañana en la península, se ha podido ver como su foto de perfil y las primeras publicaciones han sido sustituidas por fotos sugerentes de mujeres.
El hackeo ya no lo vas a poder ver en su página, ya que eliminaron las imágenes. Pero, si la tendencia sigue tal y como hasta el momento, no va a ser el último que podrás ver. Se desconoce si ha sido un ataque desde el Kremlin, o podría ser una jugarreta de un aprovechado con mucho tiempo libre.
La participación de terceros que decidan aprovechar el clima de tensión para hacer algún ataque puede acarrear consecuencias muy negativas. Sin ir más lejos, el (im)popular grupo de hackers Anonymous ha declarado la guerra a Rusia, hackeando estaciones de televisión y emisoras de radio para emitir mensajes de apoyo al pueblo ucraniano.
Disputas económicas mas allá de lo que nos imaginamos
Como primera medida ante el despliegue de tropas sobre la población ucraniana, la UE y EEUU bloquearon a Rusia económicamente de todas las maneras posibles. Los efectos ya se notan en la economía doméstica, con el rublo cayendo a cifras críticas, y exportaciones como el cereal totalmente anuladas hasta nuevo aviso.
No sólo atacaron a las agencias estatales, sino que también algunos ciudadanos rusos, como los creadores de contenido, están teniendo muchos problemas para obtener dinero. Una de las demandas más fascinantes viene desde OnlyFans y sus trabajadoras rusas, que afirman les es imposible acceder a sus cuentas.
La plataforma, en la que sus creadores pueden crear contenido para un selecto grupo, lleva en el ojo público desde el principio de la pandemia. La posibilidad de compartir material erótico a cambio de pagos de los seguidores la convirtió en tabú, elevando su nivel mediático.
Ahora, esas mismas trabajadoras en la zona de Rusia y Ucrania, y sus países vecinos, afirman estar perdiendo dinero en cantidades importantes. Lo mismo parece estar pasando en Youtube o TikTok, hasta el punto de que dichos creadores comienzan a pedir ayuda en RRSS. A su vez, conceden entrevistas a medios internacionales afirmando que «Putin es un peligro para Rusia».
Una guerra en muchos niveles
Aunque el conflicto armado empezó hace solamente menos de una semana, tal y como hemos apuntado, lleva más de 6 años alimentado por los medios y los políticos. La incertidumbre es demasiado grande como para adivinar cuáles serán los siguientes pasos de cualquiera de los participantes.
Pero si hay algo en lo que están de acuerdo los analistas, es que no debería sorprendernos que afecte a nuestros países de alguna manera. Aunque sea tomando el ejemplo del hackeo que hemos descrito. Por algún sitio hay que comenzar a desestabilizar a tus rivales.
