Así deben cambiar los estados del oeste de EE.UU. debido a la escasez de agua en el río Colorado. Los agricultores de Arizona central reciben el primer golpe, pero California podría sufrir en 2023. Planificación de recursos hídricos en pleno siglo XXI.
El gobierno de EE.UU. anunció su primera declaración de escasez de agua para el río Colorado el 16 de agosto. Esto provocó futuros recortes en la cantidad de agua que los estados podrían extraer del río.
La declaración de escasez de Nivel 1 siguió el pronóstico de la Oficina de Recuperación de EE.UU. de que el agua en el lago Mead, el embalse más grande de los EE.UU. caería por debajo de 300 metros sobre el nivel del mar. Esto dejaría menos de un 40% de su capacidad a finales de 2021.

La declaración significa que en enero de 2022, la agencia reducirá las entregas de agua de los estados de Arizona y Nevada y a México, pero no a California por el momento.
Arizona perderá la mayor cantidad de agua. Casi una quinta parte de su asignación total del río Colorado. Nevada y México perderán bastante menos.
Los agricultores de Arizona central son los grandes perjudicados en esta primera ronda de recortes. Las ciudades están protegidas porque disfrutan de la más alta prioridad en Arizona para el suministro de agua a través del Proyecto Arizona Central. Se trata de un canal de 330 millas desde el río Colorado.
Planificación de recursos hídricos en pleno siglo XXI
Se espera que esta declaración no detenga el crecimiento de los estados afectados, pero el crecimiento ya no puede ser descontrolado. Aumentar el suministro de agua ya no es una opción viable, por lo que los estados deben recurrir a reducir la demanda.
La reutilización del agua, es decir, tratar las aguas residuales y volver a usarlas incluso para beber, también es una opción viable. Otra opción es utilizar una fijación de precios y el comercio para fomentar la reasignación de agua de usos de menor valor a usos de mayor valor.

El problema final al que se enfrentan los estados de la cuenca del río Colorado es simple. Hay más derechos de agua en los papeles que agua tiene el río. Esto es antes de considerar el impacto del cambio climático y la pérdida por evaporación de los lagos Mead y Powell.
La urgencia de la declaración de escasez ha generado propuestas descabelladas de importar agua de lugares remotos. Un ejemplo de ello, es estudiar un oleoducto desde el río Mississippi que aumentase el caudal del río Colorado. Existe un único problema para ello: Las Montañas Rocosas.
Otras comunidades, en cambio, se han enfrentado a la realidad. A principios de 2021, Oakley, Utah, impuso una moratoria en la construcción de nuevas viviendas. Esto provocó escalofríos en los promotores de todo el oeste de EE.UU.
La necesidad de que los agricultores sean más eficientes
La declaración de Nivel 1 les da a los estados y las comunidades locales una razón para eliminar las barreras a la transferencia de agua. Las fuerzas del mercado están desempeñando un papel cada vez más crítico en la gestión del agua en Occidente. Muchas nuevas demandas de agua provienen de transferencias voluntarias entre vendedores dispuestos y compradores desesperados.

A medida que Occidente entra en una era de asignación de agua, la mayor parte del agua provendrá de los agricultores, que consumen más del 70% del agua de la región. Las ciudades, los desarrolladores y la industria sólo necesitan una pequeña fracción de esa cantidad.
Si los agricultores pudiesen reducir su consumo de agua en un 5%, esa agua estaría disponible y sobraría para todas las ciudades y empresas. Los agricultores continuarían cultivando tanta comida como antes, protegiendo así la estabilidad de las comunidades rurales. Esta podría ser una solución beneficiosa para todos contra la crisis del agua en Occidente.