China y EE.UU. contraatacan con el alza de los precios de las materias primas. A grandes males, grandes remedios para parar subidas de precios.
Beijing libera reservas de petróleo mientras Washington toma medidas enérgicas contra los procesadores de alimentos.
Un aumento en los precios de las materias primas ha preocupado tanto a China como a EE.UU. Esto ha obligado a ambas partes a intensificar los esfuerzos por combatir esta tendencia.
Por primera vez en la historia, el gobierno chino liberará parte de las reservas estratégicas de petróleo del país al mercado. Ralentizará así la oferta por 7.38 millones de barriles de petróleo.
Esa venta tiene como objetivo «aliviar la presión del aumento de los precios de las materias primas». Esto lo dijo la Administración Nacional de Alimentos y Reservas Estratégicas en un aviso del 9 de septiembre. La agencia ha liberado tres lotes de metales no ferrosos desde julio.
La inusual intervención del mercado de China responde a las señales de que la economía se está desacelerando bajo el peso del repunte de los precios de las materias primas.
A grandes males, grandes remedios para parar subidas de precios
A medida que los precios más altos de los alimentos en EE.UU. golpea los bolsillos de los estadounidenses comunes, el Presidente Joe Biden y su administración han examinado el papel de cuatro procesadores de carne dominantes.
El índice Refinitiv / CoreCommodity CRB, que refleja los movimientos de precios entre todos los productos básicos individuales, tocó un máximo de más de seis años hace unos días. El mismo día, en Nueva York, los futuros del crudo West Texas Intermediate cerraron a 72,6 dólares el barril. Esto es un 90% más que el año anterior. El aluminio también se sitúa en máximos desde hace 13 años.
Estas presiones se han extendido a China. El índice de precios al productor de agosto del país subió un 9,5% respecto del año anterior. Esto también situó la inflación en las fábricas en su máximo desde hace 13 años. Las empresas medianas y las microempresas probablemente se sientan más afectadas por este cambio.
En EE.UU, Brian Deese, director del Consejo Económico Nacional, arremetió contra los cuatro principales procesadores de carne del país. Lo hizo por su papel en el aumento de los precios de la carne de res, cerdo y pollo a la vez que obtenía ganancias récord.
«Cuando se ve ese nivel de consolidación y el aumento de precios, surge la preocupación sobre la especulación pandémica». Esto fue lo que dijo Deese.
Los precios de los alimentos estadounidenses se han disparado a lo largo de este año. Los precios de la carne de vaca en agosto fueron un 15% más altos que en diciembre. La carne es responsable de la mitad del aumento en los precios de los alimentos para los hogares.
Los departamentos de Agricultura y Justicia han iniciado una investigación por sospecha de fijación de precios ilegal. Varias empresas procesadoras de pollo y sus ejecutivos han sido acusados.
En China, el gobierno se ha embarcado en una campaña de «prosperidad común». Está dirigida a la industria tecnológica y a los «ricos». Tanto para Beijing como para Washington, ayudar a los consumidores y PYMES ha adquirido mayores implicaciones políticas.
Sin embargo, no está claro qué tan efectivos serán estos esfuerzos. Los aumentos de precios están influenciados por las cadenas de suministro afectadas por la pandemia. Aunque China haya abierto sus reservas estratégicas, Beijing tendrá dificultades para liberar volúmenes que satisfagan la demanda subyacente de la segunda economía más grande del mundo.
