Los consumidores gastaron a un ritmo mucho más rápido de lo esperado en septiembre. La venta física resiste, de momento, contra todo pronóstico. Esto ha desafiado las expectativas de un retroceso en medio de los problemas generalizados de la cadena de suministro.
Las ventas minoristas del mes aumentaron un 0,7%, frente a las estimaciones del Dow Jones de un descenso del 0,2%. Excluyendo las ventas relacionadas con automóviles, la cifra aumentó un 0,8%, mejor que la previsión del 0,5% que había.
En comparación con hace un año, las ventas aumentaron un 13,9% y un 15,6% sin incluir los automóviles.
Este aumento se ha producido durante un mes en el que el gobierno estadounidense puso fin a los beneficios que había estado proporcionando durante la pandemia del COVID-19. Se produce también en contra de las previsiones de que el crecimiento se desaceleraría en el tercer trimestre. Esto iba a ser debido al diferencial de la variante delta y un retroceso percibido en la actividad del consumidor.
La venta física resiste, de momento, contra todo pronóstico
Hay que añadir que el gasto se aceleró a medida que los gastos del coronavirus continuaron cayendo.
«Los estudiantes que regresan a la escuela y los trabajadores que regresan a la oficina son probablemente los catalizadores del aumento de las ventas minoristas», dijo Natalie Kotlyar, líder nacional de práctica de productos de consumo y minoristas de BDO. « Las personas que han vuelto a trabajar en una oficina del centro de la ciudad pueden realizar más viajes de compras durante la hora del almuerzo o después del trabajo. Con el regreso a la escuela y muchos adolescentes vacunados, los padres también pueden sentirse más cómodos al permitir que sus hijos hagan viajes de compras al centro comercial».
Las tiendas de artículos lideraron el camino con un aumento del 3,7%. La mercadería general aumentó un 2% mientras que los minoristas diversos aumentaron un 1,8%. A medida que los precios de la gasolina continúan subiendo, el gasto en las estaciones de servicio aumentó un 1,8% para un aumento del 38,2% durante al año pasado.
El gasto en alimentos y bebidas aumentó un 0,7%, aunque los restaurantes y bares registraron un aumento de sólo un 0,3%. Esto es una señal de que los temores sobre el virus pueden haber mantenido a algunas personas en casa. El gasto en establecimientos de alimentos y bebidas aumentó un 29,5% durante el año pasado.
Las ventas online aumentaron un 0,6% durante el mes, mientras que las ventas de automóviles aumentaron un 0,5% a pesar de los problemas de inventario provocados por la escasez de semiconductores.
Sin embargo, persisten las dudas sobre si la fortaleza de las ventas puede continuar.
«Es posible que el gasto en servicios experimente cierta fuerza renovada en los próximos meses, a medida que los casos del virus continúen disminuyendo». Esto lo escribía el economista senior de Capital Economics, Andrew Hunter. «Sin embargo, dado que es probable que persista la escasez de bienes y el aumento resultante de los precios reduciendo los ingresos reales, esperamos que el crecimiento del consumo se mantenga moderado».
