Al igual que el bambú, las empresas ágiles combinan resiliencia, fortaleza y rápido crecimiento para adoptar la transformación y garantizar que estén firmemente arraigadas para el éxito futuro. Un líder ha de ser como el bambú.

La especie Bambusoideae de pastos con flores perennes, mejor conocida como bambú, ha sido fundamental para la mayoría de las culturas del sudeste asiático durante miles de años. Durante siglos, la planta se ha utilizado para fabricar muebles, cerveza, bicicletas, ropa y armas de tortura. 

El «bambú» ha sido adoptado por académicos de negocios y corporaciones multinacionales como un atributo esencial para cualquier empresa con la ambición de desarrollar algunos nuevos brotes propios.

El arma elegida por el bambú en su intento por dominar el mundo es el rizoma, una molesta sección subterránea del tallo que brota de un tipo especial de raíz horizontal que de repente puede producir nuevos tallos. Por lo tanto, una planta de bambú decorativa en un rincón sombreado de tus arbustos ornamentales ordenados puede convertirse en una densa maraña de docenas de tallos decididamente indecorosos que arrojan sombra sobre todo el jardín. Erradicarlo es casi imposible sin tomar una pala resistente y excavar toda el área a una profundidad de varios metros. ¿Empezáis a ver por dónde vamos a ir?

Un líder ha de ser como el bambú

Las decisiones sobre el crecimiento y la adquisición de recursos no se toman desde un punto centralizado, cada sección de la raíz actúa de forma independiente sobre cuándo es mejor tomar nutrientes, arriesgar un nuevo tallo o propagar.

Los Principios de Bambú fueron concebidos por el entrenador de negocios y autor estadounidense de renombre mundial Ken Lodi. Para Lodi, la clave del liderazgo ágil es la rapidez y la eficacia con la que puedes pivotar cuando las circunstancias cambian repentinamente.

“Con la reciente pandemia, fuimos testigos de cómo algunas personas pudieron ‘doblarse y flexionarse’, trabajar desde casa, adquirir nuevas habilidades y adaptarse a nuevas rutinas”. “La versatilidad te da una ventaja competitiva«.

Hablando de la pandemia, Disney se dobló y se flexionó más rápido que la mayoría, desviando los principales lanzamientos de los cines a la pantalla pequeña. Con esto, lograron aumentar el número de suscriptores de Disney+ de 26 millones a principios de 2020 a 152,1 millones en la actualidad.

Zoom tampoco perdió mucho tiempo en apropiarse del espacio de videoconferencia contra algunos poderosos competidores y tomar el liderazgo del mercado en más de 40 países en 2021.

Los siete pasos descritos en el libro más vendido de Lodi, El principio del bambú , han sido incorporados por cientos de directores ejecutivos y sus negocios. Algunos ejemplos son PwC, Universal, Lexus, Merrill y Mazda.

The Need for Speed

El marco 7-S autoexplicativo de McKinsey gobernaba el gallinero: habilidades, estilo, estrategia, sistemas, personal, valores compartidos y estructura. Esto es así hasta que Lodi interrumpió la escena con su «agilidad». La Escuela de Negocios HEC en París, de manera bastante impresionante, ha presentado otros siete principios que comienzan con una letra ‘S’ que describen los negocios de bambú.

• Surprise: Ingresa a mercados inesperados y proponga planes en los que sus clientes no habían pensado.
• Speed: Toma decisiones rápidamente y acepte algunas consecuencias negativas
• Simplicity: Da a las personas menos prioridades.
• Serendipity: Permite la experimentación y busca beneficios no planificados.
• Slack: Ten suficientes recursos para innovar más allá de las operaciones actuales.
• Singularity: Permite que el personal piense de manera distinta y desafíe las convenciones.
• Subsidiarity: Delega la toma de decisiones a quienes están en la superficie.

La directora de estrategia de HEC, Veronique Nguyen, advierte que las ganancias a corto plazo, y los dividendos de los accionistas, de las organizaciones de bambú a menudo se ven afectados. Esto es porque la disrupción y la innovación son precursores de libro de texto de la volatilidad.

Más recientemente, Netflix, que se adhiere a los mandamientos del bambú, ha aprendido por las malas que el dominio de ninguna corporación es inexpugnable. La mayor necesidad de ser ágil se demuestra al observar la lista Fortune 500. En ella, más de la mitad de las empresas que lograron la calificación a principios de siglo han dejado de existir desde entonces. Mientras tanto, el ciclo de vida promedio de una empresa se ha desplomado de 61 a 18 años en sólo seis décadas.