Si ha habido un sector claramente afectado estos dos últimos años, tal y cómo ya comentamos en nuestros artículos El futuro de los viajes de negocio: hacia una recuperación sostenible y Los viajes de negocios han vuelto antes de lo previsto , es el de la aviación. Durante el confinamiento obligado de la mayoría de los países desarrollados y unos meses de incertidumbre, fue uno de los negocios más ruinosos del momento, y se espera que siga en soporte vital mucho más tiempo.
Todos los aviones comerciales se quedaron en tierra, «enterrados» en los aeropuertos de todo el mundo (y ahí siguen parte de ellos), mientras que los fabricantes y proveedores todavía siguen rindiendo en mínimos históricos de actividad. Si tenemos en cuenta los parones durante la lenta recuperación tras la pandemia, para los expertos no hay duda: existe una grave crisis del sector aéreo, de la que sólo algunos están consiguiendo salvarse sin hacer demasiados sacrificios.
Hoy, vamos a centrarnos en una de las empresas que más está intentando trabajar para reactivar todas las partes presentes en el negocio de la aviación: Air France-KLM. A día de hoy, la compañía es la cuarta aerolínea europea en número de pasajeros anuales, y vuelve a tener una buena base para recuperar el negocio perdido.
El mayor pedido de la historia
Para recuperar la participación de los fabricantes, la aerolínea hizo este mes el mayor pedido de aviones de su historia. Todo parece indicar que será un pedido conjunto entre Boeing y Airbus, concentrado para los vuelos de media distancia. Esta compra es una de las razones por las que ambos fabricantes han vuelto a los beneficios tras pasar un año experimentando pérdidas millonarias. Ha sido una mejora posterior a esta compra tan notable que ambas empresas han mejorado las expectativas económicas de este año.

Cabe recordar que, en el caso de Airbus, se perdieron un total de 15.000 empleos (1600 en España) tras su ERE en julio del año pasado. Boeing tampoco estaba mucho mejor, pero al menos se mantuvieron a flote con las entregas de los 737 MAX acordados antes de 2019. Esta mejora en las perspectivas de los dos fabricantes aeronáuticos más grandes todavía debe alcanzar a muchas aerolíneas. De momento, la cadena del negocio (fabricante-aerolínea-cliente) debe estabilizar el crecimiento postpandemia, pero es una muy buena señal según los expertos de que ambos sectores (producción y vuelo) van camino de una pronta recuperación hasta 2025, fecha mágica en la que se espera que los niveles de vuelo retornen a aquellos anteriores a la pandemia.
Expansión de ofertas y vuelos de bajo coste, ¿vuelta a los beneficios?
La aerolínea, que se originó tras la fusión de la francesa Air France y la holandesa KLM, también cuenta con una filial de vuelos económicos, Transavia. Entre las tres ramas han ofrecido la mayor capacidad de asientos de las compañías europeos (afirmado por la empresa misma), a la espera de que IAG y Lufthansa no les nieguen este mérito cuando presenten sus resultados. La reapertura del Atlántico Norte (su principal mercado) a los estadounidenses con la pauta completa de vacunación anima a ser optimistas, pero mientras las fronteras en EEUU sigan con apertura reducida, no se debe tan optimista. El propio Ben Smith (director ejecutivo de Air France-KLM) admitió que «existe una presión» sobre el gobierno norteamericano para acelerar estos trámites desde muchos sectores de la economía.

Una vez finalizado el primer semestre de este año, el grupo ha anunciado un 33% menos de pérdidas comparado con el mismo periodo de 2020. Curiosamente, los ingresos han sido un 19,1% menores que la etapa de enero a junio del año pasado. Aunque la empresa admite seguir en números rojos, también anuncian estar en un tendencia positiva y esperan que la ayuda europea siga llegando con la apertura de todas las fronteras dentro de la Eurozona y las enormes cifras de vacunación de países como España, uno de los principales destinos turísticos del continente.
Una buena inyección de dinero
Tanto Air France como KLM han recibido este año una prestación económica de sus gobiernos para paliar los efectos adversos del año 2020. El último vino desde Francia, previo paso por la Comisión Europea, con 4 mil millones de euros, que se sumaron a los 10 mil millones entregados el año pasado, con la promesa por parte de Air France de liberar espacio en el aeropuerto de París-Orly para otras aerolíneas, evitando una situación de competencia desleal.
A su vez, el mes pasado finalmente se desbloqueó el rescate del gobierno holandés a KLM por un valor de 3.400 millones de euros. El rescate, que llevaba un año siendo tratado, ha tenido muchas trabas. Entre ellas, un recurso presentado por Ryanair argumentando que ese rescate era una medida «injusta» y basada meramente en la «supuesta importancia» de KLM dentro del mercado holandés.
Una vez tenemos toda esta información sobre la mesa, no hay sorpresa en el dato de que la aerolínea se posiciona como una de las favoritas a recuperar su nivel productivo. Es muy improbable que lo haga antes de 2025, la fecha tan señalada para todos los empresarios y trabajadores del mundo de los viajes, pero acelerar en los pasos donde sea posible puede eliminar muchas complicaciones posteriormente.