El continente europeo solo produce el 10% de los chips que utiliza para automóviles y computadoras. El primer ministro portugués insta a España a producir chips conjuntamente.
Estamos en un momento en que se habla de la escasez de chips y de cómo esto afecta a la economía mundial. António Costa pretende transformar el territorio ibérico en uno de los principales puntos de producción del continente europeo. Los chips y otros semiconductores se utilizan en automóviles, dispositivos médicos, teléfonos celulares o computadoras. Se trata de un mercado valorado en 440.000 millones de euros.
El primer ministro portugués insta a España a producir chips conjuntamente
Para transformar la Península Ibérica, el presidente del Gobierno portugués pidió, durante su intervención en el almuerzo de la Cámara de Comercio Luso-Española, una inversión conjunta de los dos países. “Para convertir la Península Ibérica en uno de los puntos de producción de chips de Europa, realmente tenemos que trabajar juntos porque todos seremos pocos para poder tener un núcleo de producción fuerte”.

Costa cree que el Laboratorio Ibérico de Nanotecnología, con un hub de nanotecnología en Braga y un hub de energía en Cáceres, son un excelente punto de partida. Los recursos naturales existentes, tanto en energías renovables como en litio, y la singular posición geográfica son otros puntos que juegan a favor de la Península Ibérica. Lo convierten en un punto de producción de chips europeos que pueden competir con Reino Unido o Francia.
El continente europeo sólo produce el 10% de las piezas que consume en los distintos sectores de actividad. Portugal y España ya forman parte de un esfuerzo colectivo europeo para intentar reducir la dependencia de este tipo de conductores. Esta estrategia, además de reducir la dependencia de productores fuera del continente, también permitirá a Europa alcanzar su soberanía digital.
Los principales productores mundiales de semiconductores son EE.UU. y China. España pretende atraer inversiones en la producción de chips y semiconductores. Parte del Plan de Recuperación y Resiliencia de España (PRR) está dedicado a este objetivo de transformar el país en un productor de microchips. Han dedicado, por ahora, 11.000 millones de euros a esto.